lunes, 29 de agosto de 2016

AUM, la vibración universal

Cuando la luz de la sabiduría brilla por todas las puertas (sentidos) del cuerpo, sabemos que Sattva (apego a la felicidad) es la cualidad predominante (Bhagavad Gita XIV.11.) 


AUM es una palabra que no tiene traducción ya que sirve para representar a la trinidad, y la forma correcta de pronunciar la sílaba sagrada es diferenciando los tres fonemas: A, U, y M. Pronunciamos “Om” porque nace de una abreviación natural del diptongo ‘au’, una variación fonética que se debe al gran uso de la palabra AUM, sobre todo al ser cantada de manera veloz como introducción a la mayoría de mantras.
Hablar de AUM es hablar de la vibración del universo, eterna porque es energía que no se destruye. Cuando pronunciamos AUM tendemos a hacerlo como si estuviéramos programados para la aplicación que conduce al destino final que es el proceso de la evolución del hombre. Pero si observamos el camino no como algo que nos lleva a una meta, sino al propio camino como la meta, nos daremos cuenta que cuando pronunciemos AUM de forma consciente, desde que inspiramos hasta el final de la propia vibración, sirve para reafirma nuestra unión con lo Universal, con nuestro más profundo interior. Si observamos ese instante de la vibración desde la parte física, donde somos mayoritariamente agua, sentiremos cómo nuestro organismos se limpia físicamente para llegar finalmente a pasar a la limpieza de nuestra mente; es decir, pasamos de la ciencia al umbral de la metafísica. Esta situación se produce cuando sentimos que la vibración parece volverse infinita al ser energía, que transforma desde el exterior hacia el interior, donde es acción en la inacción.
La energía que podemos hacer brotar va a depender de la cantidad de energía que puede fluir en nuestra consciencia al pronunciar AUM, que debe ser proporcional a la universalidad de nuestra consciencia, es decir, abandonando cualquier distracción y estando en el más inmediato presente a la hora de pronunciarlo, para eliminar las capas superficiales que nos distraen del fluir de la vida.
Un buen ejemplo para ver lo que produce AUM al pronunciarlo es pensar en el efecto del cuenco tibetano lleno de agua cuando le hacemos sonar: el agua empieza a vibrar, y exactamente es eso lo que pasa en nuestro interior. Pero al igual que con el cuenco, esto no se debe hacer de cualquier forma. Lo importante será respirar y conectar con nuestro interior, canalizar la energía y vibrar con ella para que nuestro líquido, al igual que el del cuenco, no se desborde. Hay que conseguir una constante en esa vibración producida por el sonido de la pronunciación de AUM, de tal modo que cuando vamos cerrando la boca y continuamos con la vibración se convierte en un OM que hace que justo ahí sea cuando sentimos esa unión tan maravillosa.

¿Por qué es importante pronunciar AUM?

A todos nos ha pasado que cuando damos energía, la vida fluye con nosotros y dejamos de tener espacios vacíos. Pero cuando nos obstinamos en restringir nuestra energía, ya sea provocando un sunami o conteniéndola, experimentamos una carencia de la misma porque no hemos dejado que la vida fluya por nosotros. Pues lo mismo pasa si pronunciamos el AUM y no lo hacemos correctamente: la energía no fluye, ya que simplemente será un sonido frío del ser sin ser. Pero cuando evolucionamos desde el inicio con el AUM para ir al OM, la vida fluye en nuestro interior, nuestro ser estará preparado para abrir los mil pétalos que todos llevamos dentro.
Entendemos que así como el agua fluye hacia abajo siguiendo la línea de menor resistencia, la energía interior fluye hacia su campo más útil de actividad. De este modo sigue la ley de la evolución, ya que nuestra energía se estará moviendo siempre hacia ese campo de actividad  porque somos materia y energía que fluye con la energía del universo, que ni aumenta ni disminuye, sino que se transforma o transmuta constantemente de un estado a otro, hasta llegar al cuarto estado, Turiya, donde el cese de la actividad se transformará en la renovación de la actividad pero en otro campo.
Fundirnos con la vibración del AUM es esa acción en la que nuestra energía estará mejor canalizada yse manifestará del modo más evolutivo de la creación, donde el tiempo y el espacio deja de existir y se es uno en esa vibración.
Todo este control de energía, que no es más que su uso correcto y canalización, se encuentra dentro de la práctica del yoga, donde el flujo de la vida es en realidad la corriente respiratoria del sistema humano, y los canales por los que fluye son los nadis y sus niveles los tattwas. Cuando nuestro flujo de energía parece secarse, debemos buscar el remedio a través de la propia energía, que gracias a la del sonido con su vibración hará, junto con las asanas, que se abra el bloqueo para volver a estar llenos de energía.
AUM forma parte del yoga, y se le ha de dar importancia cada vez que iniciemos nuestros ejercicios, ya sean de relajación, respiración, asanas o meditación, porque con ello liberaremos nuestra energía bloqueada.
Hacer cada paso del yoga nos identifica con nuestra energía y con la energía universal, y transforma nuestra conciencia en ilimitada, eterna, tan sólo siguiendo sus grandes pilares: respiración, relajación, ejercicio adecuado, alimentación adecuada y pensamiento positivo y meditación. Pero empezando con el mantra universal o la vibración del universo, que por ello AUM en el hinduismo es la unidad con lo supremo.
Vibrar con AUM es fluir con la vida.


Con amor, Maheshwari (Mayte Aguado)
http://www.yogaenred.com/

domingo, 28 de agosto de 2016

Violencia verbal, heridas invisibles

La palabra tiene poderoso efecto en la conducta, ya que influye sobre quien la pronuncia y afecta e involucra a quien la recibe, penetrando en sus emociones. Cuando las frases ofensivas contra la pareja son el común denominador de cualquier diálogo, estamos frente a un problema de violencia verbal.
Es como una paliza que no deja evidencias a la vista, una especie de bullying de pareja, donde la víctima es perseguida con amenazas, injurias, calumnias, gritos, insultos, descalificaciones, desprecios, burlahumillación, ironías, críticas permanentes y acciones para socavar su seguridad y autoestima.

Tipos de violencia verbal

Estamos acostumbrados a pensar que las agresiones se registran únicamente cuando aparecen los golpes. Sin embargo, dejamos de lado una forma mucho más directa y cotidiana que tiene que ver con nuestra manera de hablar: qué es lo que decimos, cómo y con qué intención lo hacemos
“El abuso verbal puede ser directo o sutil, y los comentarios se pueden hacer de manera hostil, con enojo o, incluso, con una sonrisa. Debemos entender este punto, porque cuando nos abusan ‘cariñosamente’ nos duele, pero no sabemos bien por qué”, explica el Dr. Noel Arce Noriega, especialista en Psicología Clínica egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Distrito Federal.
Cuando se registra violencia verbal en la pareja suele ser difícil de percibir porque no deja cicatrices físicas, amén de que generalmente se efectúa en privado. Con frecuencia, la víctima es mujer y el perpetrador del abuso es varón, cuyo objetivo es hacer que la otra persona sea objeto de burlahumillación, y pierda la autoestima, mientras que él se siente mejor.
De acuerdo con la estadounidense Patricia Evans, especialista en relaciones interpersonales y autora del libro El abuso verbal, entre los tipos de violencia verbal, el que se vive en una pareja se distingue por:
  • Atacar la naturaleza y capacidades de la pareja, lo que ocasiona que con el paso del tiempo, la persona agredida comience a creer que hay algo malo con ella o sus características.
  • Ser abierto (mediante insultos, frases ofensivas y arranques de ira) o encubierto (a través de comentarios sutiles, con efecto similar a un “lavado de cerebro”). El primero suele incluir reproches y acusaciones, en tanto el segundo es agresión oculta para ejercer control sin que la pareja se dé cuenta.
  • Ser manipulador, pues pueden hacerse comentarios despectivos en forma sincera e interesada.
  • Ser imprevisible, lo que ocasiona que la pareja quede aturdida, atónita y desestabilizada por el sarcasmo, frase hiriente, desprecio o comentario injurioso.
  • Expresar doble mensaje, ya que existe incongruencia entre la manera en que habla el abusador y sus verdaderos sentimientos. Por ejemplo, puede sonar muy sincero y honesto mientras está diciendo a su contraparte lo que tiene de malo.
  • Aumentar en intensidad, frecuencia y variedad: las frases ofensivas contra la pareja pueden disfrazarse de chistes, y suelen escalar hacia el abuso físico, comenzando con empujones “accidentales”.

Violencia verbal: durmiendo con el enemigo

Existen diversas formas de ejercer la violencia verbal. De acuerdo con el Dr. Arce Noriega, se agrupan de la siguiente manera:
  • Retener. Si una pareja retiene información y sentimientos, entonces el vínculo matrimonial se debilita. El abusador que se rehúsa a escuchar a su pareja le niega la experiencia y la deja aislada.
  • Rebatir. Quien ejerce la violencia verbal ve a su pareja como adversario, por lo que con frecuencia se le corrige en todo lo que dice y hace.
  • Rebajar. Puede ser una forma sumamente insidiosa de abuso verbal, porque niega y distorsiona la percepción real del abuso en la víctima, lo cual es sumamente destructivo. A veces la conducta va disfrazada con humor, pero su efecto humillante hiere a la persona.
  • Bloquear y desviar. El abusador verbal rechaza todo tipo de comunicación, dictamina lo que puede ser discutido o retiene información. Puede impedir toda posibilidad de resolver conflictos mediante el aislamiento y el desvío.
  • Acusar y culpar. Una de las características de la violencia verbal es el hecho de responsabilizar a la pareja de hacer algo malo o alguna violación de los acuerdos básicos de la relación.
  • Juzgar y criticar. El agresor juzga a su pareja y luego expresa su juicio en forma crítica. Si ella objeta, puede decirle que simplemente está señalando algo para ayudarle, aunque en realidad la está descalificando.
  • Trivializar. Es un intento por tomar algo que se ha dicho o hecho y convertirlo en insignificante; cuando se hace de manera franca, puede ser difícil de detectar. A menudo, la pareja queda confundida y cree que no ha explicado eficazmente a su compañero la importancia de algunas cosas para ella.
  • Socavar. Se retiene el apoyo emocional y erosiona la confianza y determinación. A menudo se aplasta una idea o sugerencia con un único comentario.
  • Amenazar. Se manipula a la pareja haciendo que surjan en ella sus mayores temores, aniquilando lentamente su autoestima.
  • Ordenar. Niega la igualdad y la autonomía de la contraparte, tratándole como esclava o subordinada.

¿Cómo actuar si existe violencia verbal en la pareja?

“Es fundamental que la pareja reconozca las características de la violencia verbal, pues cuando existe este tipo de abuso en una relación, generalmente oculta un problema mutuo, no sólo de una de las partes”, enfatiza el terapeuta.
Ahora que conoces las características de la violencia verbal, sobra decir que si estás atrapad@ en una relación verbalmente abusiva o a menudo te enganchas en experiencias de este tipo, debes buscar atención psicológica con un especialista en salud mental, quien tras estudiar tu caso y mediante terapia puede ayudarte a cambiar ese patrón de conducta y a “reconstruir” tu autoestima.
Considera que una descarga diaria de frases ofensivas e hirientes conduce a la depresión y, cuando ésta se agrava, puede derivar en el suicidio. Decídete a poner un alto, analiza tu situación y resuélvela con ayuda de un especialista; recuerda que el amor no es sinónimo de sufrimiento.
Karina Galarza Vásquez

Las quejas son un veneno para tu cerebro


¿Por qué las personas se quejan? Sin duda, no es para torturar a los demás con su negatividad, como muchos podrían pensar. La mayoría de las personas se quejan porque al exteriorizar sus emociones y pensamientos se sienten mejor, o al menos eso creen. 

Sin embargo, la ciencia señala que en realidad andan desencaminadas. Quejarnos no nos hace bien, expresar esa negatividad puede hacer que nos sintamos peor. Ventilar las emociones puede parecer una buena idea pero a la larga no lo es, tanto para la persona que se queja como para quien le escucha. 

El problema se encuentra en el cerebro. Quejarse altera nuestras redes neuronales y puede tener serias repercusiones para nuestra salud mental. De hecho, algunos neurocientíficos han llegado a afirmar que las quejas pueden matarnos, literalmente. 

Las quejas consolidan las sinapsis de la negatividad 


Ahora mismo en nuestro cerebro se están produciendo muchísimas sinapsis. Cuando pensamos en algo, una neurona libera una serie de neurotransmisores, a través de los cuales se comunica con otra neurona y establece una especie de puente a través del cual pasa una señal eléctrica. De esta forma se transmite la información en el cerebro. 

Lo interesante es que cada vez que se produce una sinapsis, ese camino se consolida. De esta forma se crean auténticas autopistas neuronales en nuestro cerebro, las cuales nos permiten, por ejemplo, conducir de manera automática o caminar sin tener que pensar en cómo movemos los pies. 

Estos circuitos no son estáticos, en función de la práctica pueden cambiar, debilitarse o consolidarse. Obviamente, mientras más sólida sea esa conexión, más rápido se transmitirá la información y más eficientes seremos realizando esa actividad. 

El problema es que cuando nos quejamos y nos llenamos de pensamientos negativos, estaremos potenciando precisamente esas redes neuronales, alimentando la negatividad que da lugar a la depresión. Mientras más nos quejemos, más negro veremos el mundo, porque son precisamente esos caminos neuronales los que estamos potenciando, en detrimento de otros, mucho más positivos y beneficiosos para nuestra salud emocional. 

De hecho, investigadores de la Universidad de Yale han apreciado que en las personas sometidas a un gran estrés o que padecen depresión, ocurre una desregulación de las sinapsis y se produce una atrofia neuronal. En el cerebro de estas personas aumenta la producción de un factor de transcripción denominado GATA1, que disminuye el tamaño, las proyecciones y la complejidad de las dendritas, las cuales son esenciales para transmitir los mensajes de una neurona a otra. 

Eres el reflejo de quienes te rodean 


Las quejas no solo afectan las conexiones neuronales de la persona que se lamenta sino también de quienes están a su alrededor. De hecho, es probable que después de haber escuchado a un amigo quejarse durante varias horas, te sientas como si te hubiesen drenado, como si te hubieran robado la energía. Es probable que en ese momento también tengas una visión un poco más pesimista del mundo. 

Esto se debe a que nuestro cerebro está programado para la empatía. Las neuronas espejo se encargan de que podamos experimentar las mismas sensaciones que la persona que tenemos delante, ya sea alegría, tristeza o ira. Nuestro cerebro intenta imaginar qué siente y piensa esa persona, para poder actuar en consecuencia y modular nuestro comportamiento. 

En esos casos, la empatía se convierte en un arma de doble filo que blandimos contra nosotros mismos ya que cuando escuchamos a una persona lamentarse, en nuestro cerebro se liberarán los mismos neurotransmisores que en el suyo. De esta forma, terminamos siendo prisioneros de sus quejas. 

El cerebro, un puesto de mando que controla el cuerpo 


Las quejas consolidan las sinapsis “negativas” en el cerebro y estas tienen un gran impacto en nuestra salud. Cuando alimentamos la tristeza, el resentimiento, la rabia, el odio y la ira, todas esas emociones se reflejan en nuestro cuerpo. De hecho, hace poco un grupo de investigadores de la Universidad de Aalto realizaron un mapa corporal de las emociones, en el cual se puede apreciar cómo estas se reflejan en zonas específicas. 



Además, no debemos olvidar que detrás de esos sentimientos y emociones negativas suele esconderse el cortisol, un neurotransmisor que también actúa como hormona cuyos niveles elevados se han vinculado con un sistema inmunitario deprimido, el aumento de la presión arterial y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer y los trastornos cardiovasculares. El cortisol también daña la memoria, aumenta el riesgo de sufrir depresión y ansiedad y, por supuesto, acorta la esperanza de vida. 

No hay leones vegetarianos 


Vale aclarar que no se trata de que no podamos quejarnos ni de que tengamos que reprimir nuestras emociones y sentimientos. De hecho, en algunas ocasiones quejarse puede ser extremadamente liberador. Sin embargo, debemos asegurarnos de que no se convierta en un hábito y, sobre todo, de que a las palabras le sigan las acciones. 

Por eso, la próxima vez que acuda una queja a tu mente, recuerda que “los leones no son vegetarianos”. Esto significa que, por mucho que te quejes, no van a cambiar su dieta. Si quieres cambiar algo y no convertirte en su cena, será mejor que busques otras estrategias. 

En otras palabras: el universo es caótico, a veces pasan cosas malas e impredecibles sobre las que no tenemos ningún control. Podemos sentarnos a lamentarnos o, al contrario, podemos asumir una actitud proactiva y preguntarnos qué podemos hacer para lidiar de la mejor manera posible con los problemas y, de ser posible, aprender de ellos. 

La decisión está en nuestras manos. 

Psicología/Jennifer Delgado
http://www.rinconpsicologia.com/

sábado, 27 de agosto de 2016

La dispareja es como un árbol sin vida

https://www.youtube.com/watch?v=Z5FeJDwa0zk



“No camines delante de mí, puede que no te siga.
No camines detrás de mí, puede que no te guíe.
Camina junto a mí y sé mi amigo”
Albert Camus
“Dispareja” es un neologismo que sirve para definir a una supuesta pareja que no comparte nada en el plano intelectual, ni en el campo de las emociones, que viven de forma individual (o no lo vive) la pasión y la creación. Incluso viven a duras penas bajo el mismo techo.
¿Por qué seguir atados a una persona con la que no compartimos absolutamente nada? ¿Tan desesperados estamos que, lejos de alegrarnos la vida, sólo buscamos amargárnosla?
¿Es por miedo a la soledad, o por la incapacidad de estar bien con nosotros mismos, que preferimos establecer parejas de sufridores?
Acabamos descubriendo que hay algo peor que la soledad, y es la soledad compartida con alguien a quien no soportamos.

Carmen Guerrero
http://planosinfin.com/

viernes, 26 de agosto de 2016

¿Cuánto vales?

Sabia parábola acerca de la seguridad en sí mismo


Un día un sabio maestro recibió la visita de un joven que se dirigió a él para pedirle consejo:
— Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro sin mirarlo, le dijo:
— Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después… y haciendo una pausa agregó: — si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
— E… encantado, maestro— titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
—Bien— asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y al dárselo al muchacho, agregó:
— Toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, quienes lo miraban con algún interés.
Pero les bastaba el escuchar el precio del anillo; cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. Alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
¡Cuánto hubiera deseado el joven tener esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Triste, subió a su caballo y volvió a donde el maestro se encontraba:
— Maestro -dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera obtener dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
— Qué importante lo que has dicho, joven amigo —contestó sonriente el maestro—. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
— Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
— ¡58 MONEDAS! — exclamó el joven.
— Sí, -replicó el joyero— yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…
El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
— Siéntate —dijo el maestro después de escucharlo— Tú eres como este anillo: Una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
http://paradigmaterrestre.com/

jueves, 25 de agosto de 2016

Reprograma tu mente para sanar tu cuerpo


La actitud, la afirmación y el optimismo podrían ser fundamentales para curar el cuerpo frente a diferentes enfermedades. A continuación cinco ejemplos en los que la mente controla la sanación del cuerpo.
Demostrar científicamente que la mente puede producir cambios efectivos y a corto plazo en el cuerpo es algo difícil de probar: los estudios estadísticos o fisiológicos que traten de demostrar alguna correlación entre las creencias de una persona y su estado de salud tienen muchos prejuicios que dejar atrás. Sin embargo, hay algunos miembros de la comunidad científica que están dispuestos a considerar explicaciones alternativas para el tratamiento y la curación de enfermedades (y no sólo cáncer o VIH sino, incluso, depresión y estrés en general) con tal de disminuir el sufrimiento de la gente. He aquí algunos ejemplos:

1. Creer es crear

“Yo hablo con mis píldoras”, afirma Dan Moerman, antropólogo de la Universidad de Michigan-Dearborn; “Les digo: Vamos, chicas, sé que harán un trabajo magnífico.”
El efecto placebo es parte de casi cualquier documentación seria sobre los efectos de una droga. ¿Pero qué pasaría si este efecto no fuera producto de un discurso externo sino de una creencia interna, subjetiva? Creer en el tratamiento que utilizas, no importa si es médico o de otro tipo, crea a su vez las condiciones para que el cuerpo lo reciba. Este efecto se ha comprobado en casos de depresión, Parkinson, osteoartritis y esclerosis múltiple.
El efecto placebo no es una sugestión selectiva, sino simplemente mantener una “actitud curativa”: creer que te estás curando puede liberar analgésicos naturales y alterar patrones neuronales negativos enseñándolos a tranquilizarse, disminuyendo la presión sanguínea y activando la respuesta del sistema inmunológico.

2. Piensa positivo

Sabemos que el optimismo es algo que nuestros tiempos cínicos y desencantados de todo pasan por alto muchas veces; el problema (o la solución, según el punto de vista) es que ser realista puede ser malo para la salud.
Los optimistas se recuperan mejor de operaciones clínicas del corazón, tienen un mejor sistema inmunológico y viven más. Es por eso que los médicos recomiendan algún tipo de terapia psicológica a pacientes con cáncer, pues la actitud del paciente respecto al tratamiento puede mejorar considerablemente sus probabilidades de sanar.
Pensar positivo no solamente te relaja y reduce el estrés, sino que el cuerpo podría beneficiarse de ese optimismo. Una buena actitud disminuye el nivel de cortisol, la hormona del estrés, además de reducir la susceptibilidad a nuevas enfermedades. Básicamente, si piensas positivo, estás autorizando a tu cuerpo para curarse a sí mismo.

3. Confía en la gente

Cuando hablamos de actitud positiva no lo hacemos solamente en lo referente a ti mismo, sino también en tu trato con los demás. Resulta que la soledad (o la percepción de soledad) incrementa el riesgo de sufrir ataques cardiacos, demencia y depresión. Por otro lado, la gente que está contenta con su vida social tiende a dormir mejor, envejece más lentamente y responde mejor a los medicamentos. Médicos como John Cacioppo, de la Universidad de Chicago, afirman que curar la soledad es tan bueno para la salud como dejar de fumar.
Cacioppo ha dedicado muchos años a estudiar los efectos de la soledad en las personas. Su descubrimiento puede reducirse a que la gente que tiene vidas sociales cálidas y relaciones significativas se enferma menos y vive más; esto se explica porque la gente que está en contacto con otras personas tiende a cuidar más de sí misma, mientras los solitarios crónicos se olvidan de sí.
Cacioppo cree que cuando nos encontramos aislados por mucho tiempo (o si nuestro estilo de vida es de considerable aislamiento), nuestro sistema nervioso se comporta como si estuviera herido, activándose para curar heridas y luchar contra infecciones que no existen. Paradójicamente, aunque el contacto con otras personas pudiera hacernos susceptibles al contagio de bacterias, nuestro sistema inmune aprende a activarse con más velocidad si tenemos una vida social rica, tal vez porque sabe que estamos más expuestos a contraer enfermedades en compañía de otros.

Un detalle interesante es que no importa cuántos contactos tengas en Facebook sino cómo te percibes a ti mismo(a): la gente solitaria no vive en la punta de una montaña o en medio del bosque, sino que se siente solitaria por ver al resto de la gente como una amenaza potencial. Un estudio de 2010 afirma que atacar esa actitud de soledad percibida puede ser más útil para la gente sola que, digamos, invitarlos a una fiesta o enseñarles habilidades de socialización.

4. Medita

Monjes de todas las religiones han dedicado gran parte de su vida a meditar y existe evidencia de que esta práctica ayuda a mejorar la respuesta del sistema inmune, protege contra las recaídas en la depresión, disminuye la velocidad del avance del VIH e incluso suaviza la piel, debido a una mejor oxigenación del cuerpo.
La gente que medita tiene niveles más bajos de cortisol y lidia mejor con el estrés, debido probablemente a los cambios que experimentan en la amígdala, el área del cerebro que procesa el miedo y la respuesta a las amenazas. De hecho, la meditación trascendental puede ayudar a revertir el estrés postraumático en refugiados de guerra.
Pero si crees que tu vida es demasiado ocupada y complicada como para irte tres meses a un Vipassana, algunos médicos creen que la intención puede generar más milagros que un costoso retiro en las montañas: dedicar unos minutos a meditar en medio de tus ocupaciones puede tener efectos estructurales en el cerebro incluso 11 horas después de practicar.

5. Conoce tu propósito

Conocer el propósito de nuestra vida y vivirla de acuerdo a él puede ser una experiencia equivalente a volver a nacer. Viktor Frankl probablemente sea uno de los sobrevivientes de un campo de concentración más famosos de la Segunda Guerra Mundial; en su libro El hombre en busca de sentido, Frankl detalla cómo aquellos prisioneros que tenían algo por qué vivir podían mantener la buena actitud y soportar sufrimientos atroces, mientras los que se dan por vencidos frente a las circunstancias tienen más probabilidades de ser derrotados por ellas. Primo Levi, otro famoso sobreviviente de un campo de concentración, afirmó algo similar en "Si, esto es un hombre."
Según los médicos, en un estudio con 50 pacientes de cáncer en estado avanzado, aquellos con mayor “fe espiritual” respondieron mejor a la quimioterapia y vivieron por más tiempo. De los primeros, más de 40% estaban aún vivos luego de tres años, en comparación con menos del 10% de los que vivían con “poca fe”.
Mucha gente encuentra un “propósito” en la religión: rezar y asistir a la iglesia es algo que, en sí mismo, puede hacer sentir mejor a la gente. Esto puede deberse a la intervención divina o al efecto placebo; en cualquier caso, las emociones positivas asociadas a la espiritualidad promueven respuestas fisiológicas positivas. “Mente sana en cuerpo sano” puede no ser un vago eslógan de gimnasio, sino la relación fructífera y sana entre elementos del ser que, en realidad, están separados artificialmente por el pensamiento dicotómico pero son inseparables uno de otro.
Autoconocimiento Integral 

Nunca es tarde. . .



https://www.youtube.com/watch?v=vQzCDWSeqp0&spfreload=10

miércoles, 24 de agosto de 2016

Los ojos de un animal tienen el poder de hablar un lenguaje único

"Por favor Señor, conviérteme en la persona que mi perro cree que soy." Eckhart Tölle


Cuando miro a los ojos a mi perro, a mi gato o a cualquier otro animal, no veo a un “animal”. Veo a un ser vivo como yo, a un amigo, a un alma que siente, que sabe de afectos y miedos y que merece el mismo respeto que cualquier persona.
El poder de una mirada trasciende mucho más allá del sentido de la vista. Por asombroso que parezca, nuestros nervios ópticos están íntimamente vinculados al hipotálamo, esa estructura delicada y primitiva donde se localizan nuestras emociones y nuestra memoria. Quien mira siente, y esto es algo que también experimentan los animales.
Si los ojos son la ventana del alma, algo me dice que los animales también la tienen, porque solo ellos saben hablar con ese lenguaje que no necesita palabras: es el idioma del afecto y el respeto más sincero.
Todos nosotros hemos experimentado alguna vez lo siguiente: ir a adoptar a un perro o un gato, y establecer de pronto una conexión muy intensa con uno en concreto al mirarlo a los ojos. Sin saber cómo, nos cautivan y nos atrapan. Sin embargo, los científicos nos dicen que existe algo más profundo e interesante que todo esto.


Los ojos de los animales, una conexión muy antigua

Dos de los animales habituados desde hace miles de años a convivir con el hombre son los perros y los gatos. A nadie le sorprende ya la forma tan sabia, a la vez que descarada, que tienen de interactuar con nosotros. Nos miran a los ojos fijamente y son capaces de expresar deseos y necesidades a través de todo tipo de arrumacos, de gestualidades, movimientos de cola y  complicidades varias.
Hemos armonizado comportamientos y lenguajes hasta comprendernos, y esto, no es un acto casual. Es más bien el resultado de una evolución genética donde unas especies se han acostumbrado a convivir juntas, para beneficiarse mutuamente. Algo que tampoco nos sorprende es lo que nos reveló un interesante estudio llevado a cabo por el antropólogo Evan MacLean: los perros y los gatos son muy capaces de leer nuestras propias emociones solo con mirarnos a los ojos.

Nuestras mascotas son sabios maestros de los sentimientos. Pueden identificar patrones gestuales básicos para asociarlos a una emoción determinada, y casi nunca fallan. No obstante, este estudio nos explica además: las personas solemos establecer un vínculo con nuestros perros y gatos muy similar al que construimos con un niño pequeño.
Los criamos, los atendemos y establecemos un lazo tan fuerte como si fuera un miembro más de la familia, algo que por asombroso que parezca, ha sido propiciado por nuestros mecanismos biológicos después de tantos años de interacción mutua.
Nuestras redes neuronales y nuestra química cerebral reacciona del mismo modo que si estuviéramos cuidando a un niño o a una persona que necesita atención: liberamos oxitocina, la hormona del cariño y el cuidado. A su vez, también ellos actúan del mismo modo: somos su grupo social, su manada, esos humanos complacientes con los que compartir el sofá y las siete vidas de un gato.
El mundo es mucho más bonito visto a través de los ojos de un animal. Si todas las personas tuviéramos la excepcional habilidad para conectar con ellos de este modo, “recordaríamos” aspectos que antes nos eran innatos y que ahora, hemos olvidado por el rumor de la civilización.
Nuestras sociedades están aferradas al consumismo, a la sobreexplotación de los recursos para herir a Gaia, este planeta Tierra que nuestros nietos deberían heredar con la hermosura de antaño, con sus ecosistemas intactos, con su naturaleza igual de hermosa, viva y reluciente, y no con tantas fracturas casi insalvables.

Cuando tener un perro implicaba sobrevivir mejor como especie

Edward Osborne Wilson es un entomólogo y biólogo estadounidense conocido por haber acuñado el término “biofilia”. Esta palabra define ese amor por todo lo vivo y que, en general, experimentamos la mayoría de personas que queremos a los animales. Según este científico, la afinidad que establecemos con nuestras mascotas tiene su origen en los primeros periodos evolutivos de nuestra especie.
  • Al mirar a los ojos a un animal asciende de forma inconsciente hacia nosotros todo un anclaje emocional y genético. El ser humano estableció un tipo de vinculación muy íntima con ciertos tipos de animales, siendo el perro, uno de los más relevantes en esas épocas remotas, donde nuestra máxima prioridad era sobrevivir.
  • Una de las teorías de Edward Osborne es que aquellos humanos que en sus grupos sociales contaban con la compañía de varios perros, tenían mayores probabilidades de seguir vivos, frente a aquellos que aún no disponían de este vínculo.
Las personas que eran capaces de ganarse a un animal, de domesticarlo y construir una relación de afecto y respeto mutuo, estaban mucho más unidos a la naturaleza, a sus ciclos, a esos secretos con los que encontrar más recursos con los que seguir adelante: agua, caza, plantas comestibles…

Es posible que a día de hoy nuestros perros ya no nos sean útiles para conseguir alimento. No obstante, para muchas personas la cercanía y compañía de un perro o un gato sigue siendo imprescindible para “sobrevivir”.
Nos proveen de cariño, de dosis inmensas de compañía, alivian penas, confieren alegrías y nos recuerdan cada día por qué es tan reconfortante mirarlos a los ojos. No necesitan palabras, porque su lenguaje es muy antiguo, muy básico y hasta maravillosamente primitivo: el amor.
No dejes de disfrutar de sus miradas, refléjate en ellos cada día y descubrirás todo lo bueno que hay en ti.
https://lamenteesmaravillosa.com

Hoy Mauanda*: El Universo cumple un año

A todos nuestros queridos y fieles seguidores de todas partes del mundo, que día a día nos alientan y nos acompañan, les enviamos un luminoso abrazo. Seguimos juntos.



Que todo lo bueno te siga, te encuentre, te abrace y se quede contigo


Que todo lo bueno te siga, te encuentre, te abrace y se quede contigo. Que el resto pase de largo. Que todo aquello de lo que puedas aprender se haga en tu vida, aunque sea para ofrecerte la lección.
Que hagas tuya cada lección, que moldees cada piedra en tu camino. Que pintes rayas y puntos finales. Que tropieces, que te caigas. Que escribas puntos suspensivos con cada rebote cuando vengan malos tiempos. Que puedas crecer y que puedas vivir.
Que seas consciente de lo bueno y lo malo. Que sepas, porque lo has podido experimentar, que todo lo bueno de la vida despeina. Que es mejor vivir revolucionado mirando al horizonte. Que la mejor manera de estar a salvo es temer la mediocridad…
Que todo fluye, aunque a veces el tiempo nos amenace. Que siempre, de una u otra forma, podemos volver a la casilla de salida y comenzar de nuevo. Que los logros merecen ser celebrados y los “fracasos”, reconceptualizados.

Recuerda que las sombras y los demonios también pueden ser abrazados. Que la tristeza también es buena, pues nos ayuda a expresar y a apreciar lo que deseamos. Que es posible poner el enfado de nuestro lado.
No dejes que nadie castigue tu sensibilidad y ten muy presente que llorar no es sinónimo de debilidad. La comunicación sensible requiere franqueza. Atacar los sentimientos en vez de revelarlos es un error que podemos pagar muy caro. Sabiendo esto debe quedarnos claro que la sensibilidad es un don que merece ser potenciado, porque vivir “desde el corazón” es lo que nos hace especiales y auténticos.
Rechaza los absolutos, evita que las palabras siempre, nunca, todos o ninguno estén presentes en tu boca para hacer afirmaciones categóricas. Intenta comprender que la vida es un arcoíris de colores y que mirar en blanco y negro no es bueno para nadie.
►Por favor, no te olvides de que el amor no se mendiga y que si tienes que hacerlo NO ES AMOR. Ten muy presente que las relaciones abusivas están a la orden del día, que debes examinar lo que te aportan.

Porque puedes tener muy presente algo, que debe importarte quien te aporte y que en verdad no existe la total falta de tiempo. Recuerda esto y no lo olvides: si no percibes interés, eres libre de alejarte. No te sientas culpable de desearlo.
No te olvides de que la resiliencia, el autocontrol y la asertividad son tres de las habilidades psicológicas más importantes que puedes desarrollar. No te rindas, toma distancia y di no cuando así no lo necesites.
No te olvides de que el tiempo es tan eterno como efímero. Que no hay soluciones mágicas ni recetas infalibles para los “dolores del alma”. Porque al fin y al cabo se trata de pedirle a la vida tequila y sal cuando se empeña en darte limones.
No te asustes si deseas estar solo. No te sientas culpable si no te apetece hablar o relacionarte. Asume que todos nos reservamos una parcela de nuestra alma a nosotros mismos y eso no es malo, si no tremendamente necesario y esperanzador. Entiende y respeta, también, que los demás lo hagan.

Apóyate en el hombro de esas personas que cuando te abrazan logran destruir todos tus miedos. Recuerda que hay lugares que no están en los mapas. Son nuestros hogares,  ubicados en los brazos de las personas que queremos y que nos quieren. Esas mismas que nos ayudaron a escribir pasajes de nuestra historia.
No entristezcas cuando recuerdes a las personas que eligieron marcharse, recordarlas es síntoma de que tienes memoria y VIDA. Aprecia tu memoria, tus cualidades y tu salud. Piensa en que dentro de unos años será lo verdaderamente trascendente.
►Desconfía de quien te aleje de ti, de tus deseos y ambiciones. Teje tu vida al compás de las agujas del reloj y no pierdas de vista que la vida pasa y que es más importante vivirla que hacer otros planes.
Pero, sobre todo, ama con fuerza. Ni a medias ni bien. Hazlo fuerte. A los demás, a la vida y a ti mismo. Por favor, no te pierdas en lo intrascendente y dale forma y sentido a tu vida. Recuerda que cada minuto cuenta, que todo suma y que eres capaz de volar mucho más alto de lo que lo estás haciendo.

Psicología/Raquel Aldana
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