sábado, 2 de septiembre de 2017

3 elementos para vivir más de la realidad que realmente quieres vivir



La vida y la realidad son dos cosas distintas.

La primera, la vida, es la obvia consciencia de tu existencia. Es el movimiento constante del fluir de La Existencia. Manifestándose. Expresándose. Mostrándose. Apareciendo y desapareciendo.
Todo en el espacio de la consciencia espiritual que eres.

La realidad, es la experiencia que tienes de la vida. Es la manera particular en la que vives tu existir. Es la mirada de la vida desde una perspectiva particular del infinito.

Curiosamente, hemos aprendido a creer que el juego de nuestro existir tiene que ver con «la vida». Con lo que aparece: circunstancias, personajes, pensamientos, emociones. Y con lo que desaparece y se desvanece.
Hemos creído que nuestra existencia, y muy especialmente, la calidad de nuestro existir (si somos felices o miserables), depende de «la vida» y la forma en que se muestra.

Aprendimos a luchar. A proteger. A intentar controlar. A pretender predecir.

Y en el proceso, a creernos al efecto de la vida.
Hemos dado por sentado que nuestra felicidad, nuestra plenitud, nuestra libertad, nuestro entusiasmo, son experiencias condicionadas a las circunstancias.
Pero resulta que esos estados de ser, no tienen que ver con la vida. Sino con tu realidad. Esa que creas desde las miradas y las creencias con las que te encuentras con la obviedad de la vida en movimiento.
►No importa lo que ocurra en tu vida, tú eres dueño de tu realidad.
El nivel de éxtasis o de sufrimiento que puedas experimentar, depende de una sola cosa: aquello que te estés permitiendo ser.
O mejor dicho, qué tanto de ti mismo –de quien realmente eres como consciencia expandida– te estás dando el permiso de experimentar.
Aquí compartimos contigo tres espacios de consciencia para explorar y emplear para conectar con más de la realidad que quieres vivir, más allá de las circunstancias en las que tu vida pueda estarse manifestando en este momento.

1) Libertad

La libertad no se alcanza. Se reconoce.

Quién realmente eres, como presencia de Consciencia Espiritual, es libre. Naturalmente. Fundamentalmente. Absolutamente.
Imagina una pantalla de cine. En ella, se proyectan infinitud de películas. No importa cuáles, independientemente de la intensidad de las escenas de cada una, la pantalla siempre permanece inmutable.

Libre del contenido. Libre de la forma. Siempre amplia. Siempre permitiendo lo que en ella se proyecta. Porque nada amenaza su esencia ni su existencia.
Desde la pantalla que eres, ante cualquier película y escena que puedas estar viviendo, mantienes una cualidad intrínseca a tu existencia: tu libertad.

La libertad para escoger cómo miras lo que ocurre. Qué tanto lo abrazas o lo rechazas. Qué tanto lo aprovechas o lo desdeñas.

La libertad para aferrarte o soltar. Para reprimirte o dejarte ser. Plenamente. Tú.
►Como cualidad esencial de la Consciencia que eres, tu libertad está siempre presente. Tanto como la presencia misma que eres.
Detrás y por sobre todo pensamiento, emoción, circunstancia, reto, altercado, problema, desafío, persona, dolor, enfermedad, muerte… está el espacio libre de la Consciencia que eres.
Una presencia que es eterna. Y que en ese sentido, el de la trascendencia de tu Consciencia, también es libre de la temporalidad de la vida y sus circunstancias.

Desde ahí, desde tu esencia, desde tu naturaleza, eres plenamente libre.

Libre para escoger hacia dónde dirigir tu atención. En qué enfocarte. A qué darle tu energía.
Es decir, libre para escoger tu realidad ante la vida con la que te encuentras.

2) Poder

El reconocimiento de tu libertad se expresa en la capacidad de jugar con ella. De evidenciarte como el Ser libre que eres.
Eso es poder. El poder para elegir el estado de ser desde el que quieres vibrar y experimentarte.
El poder de ser… aquello que se siente más tú.
Aquello que está alineado a tu Alma. A tu llamado. A tu corazón. A tu entusiasmo. Al éxtasis de tu existencia.
No se trata de sustituir las sensaciones de victimización producto de las creencias con las que hemos crecido y las ilusiones que hemos dada por ciertas, por la ilusión del control.
El poder no está en la pretensión de controlar la vida y sus circunstancias.
►Tu verdadero poder está en el despertar a la absoluta libertad de ti como Consciencia, y escoger desde ahí la realidad que quieres experimentar… independientemente de las circunstancias.
Es el poder de ser ante la vida, quien se sabe libre y dueño de su mirada y su vibra.

Es un poder que, así como tu libertad, siempre está disponible. Porque es una cualidad de tu esencia.

Aún cuando nos hemos sentido víctimas hasta de nuestros propios pensamientos y emociones, que a veces aparecen como monstruos incontrolables, nuestra libertad y poder están presente.
Podríamos decir que a la espera… de que te reconozcas en ellos. De que te des cuenta que nada de lo que aparece en tu vida –nada de lo que se proyecta en la pantalla– te define.
Tú eres la pantalla. Ninguna escena, ninguna película proyectada en ella, puede encerrarte.
Quien realmente eres es el espacio de existencia en el que esas apariciones van y vienen.

En ese venir e irse de lo efímero, lo que siempre queda es la existencia de ti como Consciencia. Y en ella, la libertad y el poder de escoger, entre infinitud de posibilidades todas igualmente válidas, la mirada de la existencia que elijas ser.

En la medida que nos despertamos al trance de creernos el contenido de nuestras mentes y de estar al efecto de las circunstancias en nuestra vida, nuestra consciencia se expande a más de lo que ya es:
La libertad y el poder para crear realidades.

3) Alineación

Ahora el asunto es…
¿Qué haces con tu libertad y poder? ¿Cómo juegas con la infinitud y absoluta flexibilidad de tu Consciencia?

Tienes dos opciones: vivir experiencias de alineación, o de desalineación. De resonancia, o disonancia. De expansión, o contracción.

Cualquier realidad es válida. Es permitida. Amada. Aceptada. Legítima.

¿Pero acaso no te sientes más atraído a la idea de expandirte, que de contraerte? ¿De estar en resonancia, que de encontrarte en disonancia?

La Existencia existe para experimentarse a sí misma. Y tú, como expresión individualizada del Todo, eres la manifestación de ese impulso primordial.
►Eres el fractal de la Existencia, queriendo experimentarse a si misma a plenitud.
Y en la medida que usas el reconocimiento de tu libertad y tu poder para alinearte a tu Alma, a los susurros de tu Ser, a la verdad de tu corazón, te haces eco de tu energía primordial.
Y también experimentas más del éxtasis existencial que realmente eres.

Lo que solemos llamar felicidad, goce, plenitud, liviandad, iluminación, entusiasmo, pasión, paz… son todas expresiones de un fenómeno: la alineación con lo que tu Alma sabe y quiere para sí.

En contraparte, las llamadas emociones negativas –depresión, rabia, miedo, desesperanza, celos, odio– no son más que señales energéticas indicando algo: al momento de sentirlas, estás relacionándote con la existencia desde la perspectiva de una creencia que contradice tu sabiduría espiritual y la verdad de tu Ser.

Dicho de otra manera:
►La felicidad, paz y plenitud que posiblemente buscas, están en tu capacidad de, en cualquier ahora, crear una realidad –escoger una perspectiva ante la vida– alineada a la mirada que tienes como Consciencia expandida.

►Libertad. Poder. Alineación. 
¿Qué puedes hacer ahora con estos tres elementos?

Primero, reconoce la libertad de tu consciencia, independientemente de las circunstancias.

Segundo, conecta con tu poder para crear tu realidad, en la medida que te adueñas de la mirada a través de la cual te encuentras con la vida.

Tercero, ya que eres libre y tienes el poder para elegir, déjate guiar por tu sistema de guía emocional para alinearte a la vibración y perspectiva de tu Alma.

Así podrás vivir más en la realidad que, desde la totalidad de tu Ser, realmente quieres vivir.


L
http://elpoderdeser.com

1 comentario:

  1. Buenas herramientas. Si eliminan a los seres negativos que convierten a este hermoso planeta en un infierno, seria un enorme avance.
    Gracias
    Bendiciones

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