domingo, 18 de febrero de 2018

Meditación y neurologia


Estudios con magneto-encefalografía demuestran que las personas que han sido entrenadas en mindfulness tienen cambios más rápidos y de mayor tamaño en la amplitud de la onda alfa cuando cambie el foco. La meditación mindfulness ayuda a los pacientes a controlar el dolor crónico y la depresión.
Un estudio reciente de la Universidad de Brown propone que aquellos que practican la meditación, ganan un mayor control sobre los ritmos alfa de las cortezas sensoriales que ayudan a regular la forma en que el cerebro procesa las sensaciones, incluyendo el dolor y los recuerdos, así como los pensamientos negativos.
En base a los resultados experimentales publicados y una simulación por ordenador de las redes neuronales, se deriva una conexión íntima del mindfulness entre la mente y el cuerpo, ya que la meditación estandarizada del mindfulness tiene un enfoque muy localizado sobre las sensaciones del cuerpo y la respiración.
Lo investigadores proponen que debemos aprender a controlarnos en cada momento mediante meditación mindfulness. Un control eficiente de nuestro ritmo nos permite filtrar mejor la información sensorial
Los practicantes de la meditación aprenden no sólo a controlar sus sensaciones corporales específicas que prestar mayor atención al espacio, sino también la forma de regular la atención para que las sensaciones físicas negativas como el dolor crónico no se vuelvan hacia uno mismo. El control local de atención de los ritmos alfa somatosensoriales se generaliza para regular mejor nuestros pensamientos negativos que pueden llevar a la depresión.
Catherine Kerr y su grupo de investigadores dicen que “somos el primer grupo en proponer un mecanismo neurofisiológico subyacente que vincula directamente la práctica real de la conciencia consciente de la respiración y las sensaciones del cuerpo para el tipo de beneficios cognitivos y emocionales que le confiere la atención”



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